Toda anestesia, sea del tipo que sea, supone un riesgo para al paceinte, ya que el uso de cualquier anestésico supone una "intoxicación" controlada del paciente. Y esto es así incluso en animales jóvenes, atletas y sanos. Desconfíe del anestesiólogo que le diga que no hay riesgo alguno porque le estará mintiendo.

Ahora bien, es cierto que los fármacos que utilizamos en nuestros protocolos anestésicos están muy estudiados y nos encontramos muy familiarizados con sus efectos, lo que junto a una monitorización avanzada, una muy buena formación académica y una experiencia de más de 15 años dedicados a la anestesia nos permite reducir en una grandísima medida dicho riesgo.

Un punto importantísimo para reducir ese riesgo será el estudio prequirúrgico que nos ayude a catalogar el riesgo y entender y preveer posibles complicaciones.

La principal función del anestesiólogo es mantener con vida a su mascota y con las menores repercusiones causadas por una intervención quirúrgica. De ahí la importancia de su presencia en el proceso.

El anestesiólogo es quien se encarga del cuidado intraoperatorio del paciente desde el inicio hasta el final de la intervención. Para ello  monitoriza las constantes vitales en tiempo real y administra los fármacos necesarios para inducir el estado de anestesia que permita una cirugía con el menor daño en el equilibrio fisiológico, hemodinámico y nociceptivo posible para una mejor recuperación.

Existen varias técnicas que permiten al veterinario/a realizar una intervención quirúrgica de diferente complejidad. 

En los precedimientos más sencillos y menos invasivos, como pruebas diagnósticas, podría ser suficienten con una neuroleptoanalgesia, es decir, una sedación.

En caso de ser necesario, se puede complementar esta sedación con un bloqueo regional o uno periférico mediante técnicas de anestesia locorregional con anestésicos locales. Estas técnicas pueden combinarse con estas sedaciones o con anestesias generales.

En la mayoría de procedimientos, la anestesia general será imprescindible para la inmovilización del paciente, la hipnosis y la estabilidad hemodinámica del animal. A esta anestesia se añadiran diferentes protocolos analgésicos o las técnicas de anestesia locorregional necesarias.

En cualquier caso, un veterinario anestesiólogo decidirá cual es la mejor opción para su mascota, a la vez que mantendrá al paciente monitorizado durante todo el procedimiento.

Existen unas pautas perioperatorias recogidas en el protocolo ERAS que consisten en optimizar el estado del paciente desde antes de la anestesia, si fuera posible, con el fin de acelerar el tiempo de recuperación y vuelta a la normalidad, reduciendo el indice de complicaciones derivadas de la intervención.

En concreto, respecto a la anestesia, van encaminadas a atenuar la pérdida de la reserva fisiológica. Gran parte de las medidas recaen en el anestesiólogo, tales como el protocolo elegido, técnicas de anestesia locorregional (que permitan movilidad con confort y analgesia sin sedación), estabilidad nociceptiva intraoperatoria, normovolemia, glucemia,...

Pero los tutores pueden colaborar, por ejemplo, suministrando una ingesta alta en carbohidratos y baja en grasas antes del ayuno, facilitando la evacuación de orina y heces previa con un paseo adecuado, una buena higiene previa a la intervención, si fuera necesario y posible, en cuanto al tiempo en cirugía programada de animales con sobrepeso, realizar un programa de pérdida del mismo, llegar en un buen estado de hidratación,...

Por su parte, en la clínica, un ambiente destinado a reducir el estrés previo será de gran ayuda al animal, además de permitir al anestesiológo  reducir dosis de los fármacos. Importante ambientes templados para mantener la normotermia, tranquilos sin ruido y luces ténues.

El ayuno es importante para evitar posibles aspiraciones del contenido gástrico durante la intervención con consecuencias graves.

El ayuno recomendado de forma general será de 6 - 8 horas en caso de sólidos y 2 en caso de líquidos, el cual se intenta hacer coincidir con las horas de sueño. Sin embargo, este ayuno puede variar en diversos casos:

• Cachorros y razas mini se debe reducir a 4 horas el ayuno sólido por riesgo de hipoglucemia.
• Gatos (y mayoría de perros) con 6 horas será suficiente.
• Pacientes con retraso en el vaciado gástrico debido a incompetencias musculares del estómago, afecciones pilóricas, ... exigirán periodos de ayuno más prolongados entre 12 o 24 horas según procedimiento a realizar.

Por regla general, la ingesta deberá retomarse lo antes posible para recuperar la motilidad intestinal y los niveles de glucemia. 

Para ello el animal ha de encontrarse atento y despierto, aproximadamente en 3-4 horas postanestesia. 

Lo recomendable será empezar con un poco de líquido, agua, para cerciorarnos que el reflejo deglutorio está presente, que no se atraganta ni tose y si todo es correcto, a la hora podrá empezar con ingesta de sólidos. Es preferible que esta ingesta se realice en varias tomas de pequeñas cantidades a tomarlo en una sola comida copiosa.

Como norma general, siempre será preferible que el animal reciba su medicación de manera rutinaria y se informe de manera correcta al veterinario anestesiólogo cúal es esta medicación para que pueda realizar los ajustes que considere pertinentes en el protocolo anestésico a emplear.

Dicho lo cual, existen variaciones:

• Pacientes con tratamiento por hipertensión como puede ser la administración de IECAs, que pueden disminuir la presión arterial de manera significativa al combinarse con los anestésicos, será preferible no suministrarlos la mañana de la cirugía
• Pacientes diabéticos a los que se le administra una dosis de insulina regular por las mañanas, deberá reducirse esta a un tercio de la dosis habitual si la cirugía es a primera hora de la mañana y el ayuno supone no ingerir alimentos esa mañana junto a la insulina
• Pacientes epilépticos, con tratamiento de fenobarbital, pueden tomarlo si se calcula que la anestesia será en no menos de 4 horas. 
• Pacientes en tratamiento con AINEs deberán continuar con dicho fármaco pero importante informar de ello en la anamnesis previa para no sobredosificar. Si es prescindible, puede ser recomendable detener el tratamiento para evitar potenciales daños renales y hepáticos si se producen caidas de perfusión o presión sanguínea durante la anestesia.
• Animales en tratamiento con antiarritmicos o diuréticos tambien deberan seguir con sus pautas iniciales salvo indicación expresa del anestesiólogo

El equ¡po de Hypnos se desplaza a las clínicas de Madrid y alrededores de forma habitual bajo cita previa.

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